Un pie metido en la recesión y el otro en el aire.
Esta es la situación que se vive actualmente en Reino Unido.
Y es que con un crecimiento que es casi nulo y una inflación que supera el 10%, las perspectivas para este año no son alentadoras.
Organismos como la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria británica y el FMI esperan que la economía sufra una contracción en 2023.
Pronóstico que de cumplirse convertiría a Reino Unido en la única de las grandes economías que entre en recesión.