Se calcula que fue enterrado hace 29.000 años
Y sus restos se descubrieron en el valle de Lapedo, a unos 150 kilómetros de Lisboa en Portugal, en 1998.
Desde entonces el esqueleto de este niño de unos 4 años ha fascinado a los arqueólogos que comenzaron a excavar el sitio.
“Había algo raro en la anatomía del niño”, le explicó a la BBC João Zilhão, arqueólogo y líder del equipo que trabajó en el hallazgo.
“Cuando encontramos la mandíbula, sabíamos que iba a ser un humano moderno, pero cuando expusimos el esqueleto completo (…) vimos que tenía las proporciones corporales de un neandertal”, agregó.
Una combinación que planteó una teoría que dio lugar a una revolución en los estudios sobre la evolución.
MUSEO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA DE PORTUGAL