Los científicos detectaron una concentración muy superior en la especie conocida como Melorisa ártica, lo que implica una amenaza para los animales marinos que se alimentan de estas algas
Desde la década de 1970, la producción de plástico ha aumentado un un ritmo del 8% anual y podría duplicarse en los próximos 20 años. Dado que todavía no existe una solución para el final de la vida útil de la mayoría de los productos plásticos, la contaminación se ha extendido a los ecosistemas de todo el mundo.
A pesar de la lejanía del Ártico, los microplásticos se han vuelto particularmente abundantes y ubicuos en los ecosistemas nórdicos, incluyendo la nieve, los glaciares, el agua de mar y las concentraciones muy altas en sedimentos de aguas profundas y hielo marino. Ahora los investigadores han detectado que el alga Melorisa, que crece bajo el hielo marino del Ártico, contiene diez veces más partículas microplásticas que el agua de mar circundante.


