Un nuevo estudio relaciona el dolor crónico con la actividad del córtex orbitofrontal, un área implicada en la regulación de las emociones, la autoevaluación y la toma de decisiones.
Por primera vez, unos investigadores han registrado los patrones de disparo del cerebro cuando una persona siente dolor crónico, lo que allana el camino para que algún día los dispositivos implantados puedan predecir las señales de dolor o incluso cortocircuitarlas.
Utilizando un dispositivo similar a un marcapasos colocado quirúrgicamente dentro del cerebro, los científicos grabaron a cuatro pacientes que habían sentido un dolor nervioso incesante durante más de un año.
Los dispositivos grabaron varias veces al día durante un máximo de seis meses, ofreciendo pistas sobre dónde reside el dolor crónico en el cerebro.