En qué consiste la capacidad de crear nuevas conexiones neuronales día a día y así favorecer la memoria, la agilidad mental o la capacidad de aprendizaje. Qué hábitos y actividades son recomendables
El doctor español Santiago Ramón y Cajal, padre de la neurociencia y el primer científico que describió la estructura de las neuronas, decía que “todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”. Hoy se sabe que nuestros hábitos y costumbres esculpen realmente este órgano, el mayor del sistema nervioso central y centro de control del cuerpo, durante toda la vida.
“En pocas palabras -agregó el médico- la neuroplasticidad cerebral es cómo la experiencia modifica la arquitectura de la corteza cerebral. Es la facultad que tiene el cerebro para recuperarse y reestructurarse. Así que la experiencia o aprendizaje es la modificación de la corteza. Y este fenómeno es lo que denominamos neuroplasticidad. Y es una forma casi adaptativa que el sistema nervioso tiene para reponerse frente a estímulos nocivos, trastornos, lesiones y en este punto se une al fenómeno de la neuroresiliencia, que es el fortalecimiento frente a la adversidad que pueda sufrir el cerebro”.
Dos ejercicios sencillos que favorecen nuestro cerebro son:
– Repasar el día.
– Usar el tacto para distinguir objetos.
– Practicar 15 minutos al día de ejercicios o juegos
Relacionarse socialmente
La meditación es otra aliada.
La alimentación regula el conjunto de microorganismos –microbiota– que habita en nuestro intestino.
Finalmente, la práctica de una gimnasia cerebral beneficia a todos. En chicos, se ayuda a potenciar la creatividad, la atención en el aquí y ahora, estimular el aprendizaje, la lectoescritura, a generar mejoras en la coordinación y va a tener un efecto ansiolítico y preventivo de la hiperactividad.