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Es el Esperanto, que se puede aprender en 8 meses y cada vez tiene más adeptos.
El esperanto llegó a la Argentina en 1889. En la actualidad se estima que hay en el país 8.000 hablantes de este idioma, según la Liga Argentina de Esperanto. Es decir, uno de cada 6.000 argentinos lo habla. Los jóvenes son los que más se interesan en aprenderlo, ya que toma menos tiempo aprenderlo en comparación con el inglés y ofrece a sus hablantes la posibilidad de hacer turismo en otros países a un menor costo. Una opción ideal para viajar.
“Me encontré con japoneses, chinos, finlandeses que hablan esperanto y fue bastante lindo conocer sus culturas. Además, cuando uno aprende un idioma siempre está en inferioridad de condiciones con los nativos, pero en el esperanto no es así porque todos lo aprendemos, para todos es secundario. Por todo esto lo amé tanto”, dice Silvia Rottenberg, presidenta de la Bonaera Esperanto-Asocio (BEA), en español Asociación Buenos Aires de Esperanto.
Ella aprendió el idioma en uno de los cursos que antes daban, que tenía una duración de 5 meses, y ahora es una de las impulsoras de esta lengua. Relata que el esperanto, idioma auxiliar planificado, nació en 1887 y fue creado por el polaco Lázaro Ludovico Zamenhof, como una alternativa para promover la paz y unir al mundo.
Zamenhof creció en un entorno en el que existían muchos problemas y poco entendimiento porque la gente hablaba cuatro idiomas diferentes: polaco, alemán, lituano y ruso. En ese contexto es que decidió crear el esperanto, buscando que sea el idioma secundario de todo el planeta.
Para sumar seguidores, el esperanto se presenta como “el idioma más fácil del mundo”. Según sus publicaciones, es cinco veces más sencillo que el inglés y el francés, y 10 veces más que el alemán y el ruso. Para sustentar estos datos aseguran que el factor determinante es que este lenguaje no maneja excepciones ni pronunciaciones complicadas, solo se rige en 16 reglas en las que gira el idioma.
“El esperanto es un idioma lógico y exacto en sus reglas, ninguna tiene excepción. Tiene 16 reglas y ya entendiendo eso, uno puede aprender vocabulario y hablarlo sin ninguna dificultad”, destaca Nicolás Chocobar, profesor de esperanto y políglota tucumano que conoce más de nueve idiomas.
Comenta que empezó a aprenderlo por internet y luego lo perfeccionó en la BEA. “Mi motivación es que es un idioma que tiene identidad internacional, todas las lenguas tienen una identificación con un país, eso no lo tiene el esperanto, es de todos. Tiene una magia especial”.
Como él, Juan Manuel Fertino Igor, secretario de la BEA, narra que igual aprendió el esperanto de forma online, aunque en su caso fue a través de la aplicación Duolingo en 2022 y en 2023 lo perfeccionó con un libro. “Es la primera vez que aprendo un idioma simplemente por gusto. No tengo obligación o necesidad de aprenderlo, simplemente quise aprenderlo”.
Él resalta que saber esperanto da muchas oportunidades para conocer otros países y culturas. Cada año se realiza un congreso internacional en un país diferente, en el que los esperantistas comparten con otras personas que hablan este idioma. Además, otro beneficio es el pasporta servo.
Este es un sistema creado por el argentino Rubén Feldman González en 1974. Esta red permite a las esperantistas contactar a otros hablantes que ofrecen alojamiento gratuito a quienes se comunican en este idioma.
La presidenta de la BEA relató que este sistema es muy útil, ya que les permite conocer otros países y también tener a alguien de confianza en esa nación. Contó que un ejemplo de su beneficio es la historia de un francés que usando el pasporta servo comenzó a recorrer el mundo hasta que llegó a la Argentina, se enamoró y se casó. “Es un ejemplo de lo que se puede hacer conociendo el esperanto”.
Para acceder a este sistema solo se debe entrar a su sitio web, registrarse y contactar a las personas que ofrecen alojamiento. El único requisito es que la comunicación siempre sea en esperanto. Al revisar el mapa que ofrece esta web, Clarín pudo ver que hay más de 30 países con hablantes que brindan hospedaje, en su mayoría en Europa.
De acuerdo a la información que maneja la BEA, la Liga de Esperanto de Argentina y otras asociaciones de esperanto de otros países, la cantidad de hablantes está por los 2 millones en todo el mundo.
En la Argentina hay aproximadamente 8.000 personas que hablan esperanto, es un estimado dado que hay varios que aprenden de forma virtual, según comentó el presidente de la Liga de Esperanto de Argentina, Gabriel Wagner. Destaca que en el país se dictan clases en varias regiones como Rosario, Entre Ríos, Neuquén y Buenos Aires, pero cada uno es independiente en su organización.
Wagner remarca que en los últimos años notaron un aumento en el interés de los jóvenes por aprender este idioma, en promedio de 25 años. “En todo el mundo en general es el interés de los jóvenes”. Menciona que uno de los atractivos para aprender esta lengua es la la oportunidad de hacer turismo a un menor costo con el pasporta servo.
En CABA las clases de esperanto que dará la BEA comienzan el 5 de marzo para el nivel 1. Serán dos días a la semana, de una hora y media cada clase. Y el nivel dos arranca el 8 de marzo, pero con una sola clase semanal.
Se necesitan 20 semanas para aprender las reglas básicas del esperanto y tener una fluidez conversacional básica, apunta Nicolás Chocobar. El nivel 2 es para perfeccionar todo lo aprendido.
Por otra parte, la Liga Argentina de Esperanto también brinda cursos, pero con una duración de 6 meses y menos horas a la semana.
El esperanto actualmente no es un idioma oficial en ninguna nación, pero sí fue reconocido por organizaciones internacionales como la Unesco. Además, Google lo incorporó en su traductor en 2012.
El esperanto también tiene una puerta para quienes aman el fútbol, ya que cuentan con su selección que compite partidos internacionales en la asociación NF-Board. Esta organización no depende de la FIFA y aglutina a los equipos que representan identidades culturales, dialectos y movimientos no reconocidos. El director técnico del equipo de esperantista es el argentino Jorge Montanari, quien armó el conjunto en 2014.
PS