-
Según nuevos estudios, los patrones de uso y las características de los aparatos dicen mucho sobre los usuarios.
Mientras algunos definen su identidad a partir de la vestimenta, el corte de cabello o la música, las nuevas generaciones lo hacen a través del modelo de su celular. Según la ciencia, a partir de los patrones de uso o las características del aparato, es posible conocer los rasgos esenciales que distinguen a su portador.
Los estudios señalan que la personalidad está intrínsecamente relacionada con la marca que uno adopta, el tamaño de la pantalla, el sistema operativo o el tipo de aplicaciones que lleva instaladas.
No es casualidad que, por estar siempre al alcance del cuerpo, se considere al smartphone como el gadget que proporciona la mayor intimidad tecnológica.
“Son dispositivos muy personales y están con nosotros todo el tiempo. Desde esa perspectiva, los vemos como una extensión de nosotros mismos”, señala Kostadin Kushlev, profesor de la Universidad de Georgetown.
Esta idea se refuerza con un sondeo de HMD Global, donde se argumenta que, el uso del celular aumentó un 90% en la última década. En la actualidad, en promedio, los usuarios activan la pantalla unas 142 veces al día.
Eso da como resultado una exposición de unas 18 horas y 12 minutos semanales. Lo que equivale a ver casi sin tregua, dos temporadas completas de una serie.
En esta espiral ascendente, cuánto más funcionales son los teléfonos, más veces uno los consulta. Y así, se abren nuevas vías neuronales que inducen a revisar el aparato de forma constante y crear más necesidades cotidianas.
El tamaño es lo que cuenta
La tendencia que siguen los principales fabricantes, como Samsung, Xiaomi o Apple -con versión Ultra y Pro Max- sugiere que, el mercado móvil actual privilegia las pantallas XXL.
Quienes se dedican a seguir esta evolución muestran que, desde la aparición del primer iPhone en 2007, cuyo display era de 3,5 pulgadas, la longitud fue escalando hasta duplicar el número de pulgadas.
Para muchos consumidores, la dimensión de la pantalla es un factor clave de elección, tan importante como la reputación de la marca, la resolución de las cámaras, el material que recubre el chasis o el precio.
En la mayoría de los casos, esta elección está ligada a determinados rasgos de pertenencia como el estatus, el liderazgo o la elección de la pareja.
Entre las publicaciones que abordan esta temática está: Does Size Matter? liderado por el danés Jesper Kjeldskov, del Department of Computer Science de la Aalborg University, que se dedica a explora los efectos psicológicos del tamaño en los celulares.
- Así, se describe que, quienes están más cómodos con las 5 pulgadas son personas que suelen valorar la simplicidad. Lo que podría reflejar un estilo de vida austero o sugerir que están más apegados a lo tradicional y se resisten a la era digital.
“Quienes buscan los equipos compactos priorizan la funcionalidad sobre las últimas tendencias. Su pareja ideal podría apreciar de igual manera la sustancia por encima del estilo”, indica Josh Gordon, del proveedor de conexión Geonode.
- Los más comunes son los de 6 pulgadas. El 70% de los smartphones que se producen actualmente se mueven con esta diagonal de pantalla. Sus compradores podrían describirse como equilibrados y adaptables. Conocidos por disfrutar de las ventajas de la tecnología sin ser dependientes. Representan el equilibrio entre los extremos.
“Quienes priorizan el tamaño medio suelen equilibrar la innovación moderna con la función práctica. Su interés amoroso también podría encarnar una mezcla armoniosa de valores tradicionales y modernos”, describe Gordon.
- Los que superan las 6 pulgadas están reservados para quienes detentan un grado intermedio de inseguridad: al ser más voluminosos, la sensación es tener un mayor control sobre el objeto. Hay también cierto hedonismo al exhibirlos como un bien preciado.
“Las personas que prefieren pantallas más grandes suelen ser más inversivas, experimentales y estar a la vanguardia de la tecnología. Su pareja ideal podría ser alguien dispuesto a explorar fervorosamente la frontera digital”, acota Gordon.
Android vs iOS
Un estudio reciente llevado a cabo por Heather Shaw, psicóloga de la Universidad de Lincoln, determinó que optar por un teléfono que tenga Android o iOS revela detalles de la personalidad. Para comprobarlo, realizó una serie de encuestas entre 530 usuarios.
“La elección de un smartphone es el acto más básico de personalización del teléfono móvil, y sin embargo nos puede revelar mucho sobre el usuario”, comentó Shaw.
En este sentido, quienes privilegian Android, se sienten más seguros de sí mismos y se perciben como humildes, honestos y más simpáticos. Tienden a ser más imaginativos y, en consecuencia, no les gusta comprar productos “enlatados”.
Los resultados muestran que los usuarios de iPhone consideran más a menudo su celular como un objeto de privilegio. Además, conservan mayores niveles de emocionalidad.
“Después, investigamos cómo los rasgos de personalidad se relacionan con las apps que se descargan. Se está volviendo cada vez más claro que los smartphones son versiones digitales en miniatura del usuario, y a muchos de nosotros, no nos gusta cuando otras personas usan nuestro teléfono, porque puede revelar mucho de nosotros”, agregó Shaw.
Las sociedades con un alto grado de individualismo también tienden a ser más egocéntricos. Un estudio de la Cochin University of Science and Technology determinó que el uso del iPhone es un indicio de narcisismo.
Los usuarios de iPhone, que se caracterizan por una conexión emocional con su dispositivo, muestran puntuaciones más altas sólo en el narcisismo adaptativo, que es un indicativo de liderazgo y autoridad.
Los portadores de iPhone tienden a ser más extrovertidos y tienen un 17% más de probabilidades de sostener opiniones políticas liberales. Además, son un 26% más propensos a gastar dinero en lugar de ahorrarlo.
El modelo de los cinco grandes
Un equipo de científicos dirigido por Clemens Stachl, de la Universidad de Stanford, descubrió que, a través de los sensores del aparato, tres de los cinco atributos de la personalidad -sociabilidad, responsabilidad y apertura a las experiencias- podían inferirse a partir del uso que la gente hace de sus teléfonos.
Las otras dos dimensiones (amabilidad y estabilidad emocional) permanecen ocultas, al menos por ahora. La investigación fue publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Partiendo de los Cinco Grandes, los científicos examinaron el rol que cumplen las aplicaciones, la comunicación, el comportamiento social, el consumo de música y la actividad diurna y nocturna, lograron predecir con un 57% de exactitud la presencia de estas conductas.
Los expertos indicaron que la “sociabilidad” fue el rasgo más deducible y el “buen carácter”, el menos. Otros datos concluyentes fueron el “amor al orden”, la “honestidad”, el “sentido del deber” y la “conciencia de sí mismo”.
La era de la personalización
Un estudio de la Universidad de Florida identificó que estos dispositivos compactos motivan a rastrear productos y servicios que están en sintonía con la personalidad.
El hallazgo de Aner Sela, de la Warrington College of Business de la Universidad de Florida, fue demostrar que los sentimientos de los consumidores hacia sus teléfonos les llevan a alcanzar un estado psicológico conocido como “autoenfoque privado”.
“Cuando utilizas el teléfono, tu auténtico yo se expresa en mayor medida. Eso afecta a las opciones que buscas y a las actitudes que expresas”, afirma este científico que se especializa en comportamiento y experto en cómo las personas toman decisiones y forman preferencias.
En consecuencia, esto repercute en todas las elecciones de consumo y genera una atracción hacia opciones que encarnan dicha individualidad.
A lo largo de cinco experimentos, se descubrió que los sujetos que compraban con sus propios teléfonos preferían más artículos únicos que populares, así como más productos que, según les habían dicho, se habían adaptado a su personalidad que si utilizaban una computadora o incluso un teléfono prestado.
“Cuando toman decisiones, tienden a elegir basándose en creencias, preferencias o gustos privados o profundamente arraigados, y están menos influidos por los contextos sociales”, indica.
SL