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Les dio $ 2.000 para comprarse la SUBE y le robaron: “Yo no soy policía”, la excusa del colectivero

Ocurrió en un colectivo de la línea 168, cerca de Plaza Constitución. La víctima fue una mujer y el chofer fue increpado por su nula reacción.

El caso abre la polémica: ¿Tienen que dejar subir igual a quienes no tienen la tarjeta o la plata para viajar?

Es la modalidad delictiva más propagada en la Ciudad y el Gran Buenos Aires. Tan repetida pero no tan denunciada. La del arrebato de celulares. Sobre todo, en el transporte público. Aún así, las historias de estos robos menores -pero igualmente violentos- no dejan de sorprender a víctimas y testigos de esos “manotazos”, por sus particularidades.

Uno de esos casos “atípicos” sucedió el viernes último, pasadas las 16, en un colectivo de la línea 168, a unas cuadras de la Plaza Constitución. Terminó con una mujer siendo asaltada por los mismos delincuentes a los que, segundos antes, había ayudado dándoles dinero, y despertó el enojo del resto de los pasajeros por la actitud del chofer, antes, durante y después del robo.

Mientras la mayoría de estos delitos cotidianos termina cuando se calma la angustia de quienes, de un momento a otro, en medio de una distracción, se quedaron sin sus dispositivos (porque, en general, no hay detenciones y, ni siquiera, una llamada a la Policía), las cámaras instaladas en algunos colectivos registran escenas como la de este viernes, y se convierten en pruebas de lo peligroso que es usar hoy el teléfono en la calle.

En la filmación quedó toda la maniobra en evidencia: hacen el acting frente al colectivero, se palpan los bolsillos, la campera, en señal de que se olvidaron la tarjeta. El chofer vuelve a abrir la puerta delantera para que bajen, pero, sin amenazarlo en ningún momento, le preguntan si pueden pedirle a algún pasajero que les pague el boleto. El conductor los deja pasar. Aunque ninguno de los dos hombres tenía la SUBE.

Subieron a un colectivo de la línea 168 sin la SUBE y le robaron el celular a una pasajera que les había dado plata para viajar.Subieron a un colectivo de la línea 168 sin la SUBE y le robaron el celular a una pasajera que les había dado plata para viajar.

Primero, uno de los ladrones se acerca a la pasajera que estaba sentada justo detrás del chofer, y en tono firme, como relatan los testigos, no sólo le “exige” que les pague el viaje sino que, ante la negativa de la mujer, la “apura” -como se dice en la jerga, le insiste-, mientras el otro delincuente avanza hasta la mitad del colectivo y se apoya en la zona reservada para sillas de ruedas.

El ladrón más “insistente” también avanza hacia el fondo de la unidad y vuelve a presionar a varios pasajeros. La situación, que duró varios minutos, mostraba a los viajeros, ya con pánico, esquivando las miradas de los delincuentes y dirigiéndola hacia el chofer, esperando que una de las tantas veces que uno de los ladrones le decía “no me están pagando el viaje, dejame seguir“, finalmente les diga que se bajen. Pero eso nunca ocurre.

Durante una segunda insistencia, una señora rubia, de más de 60 años, que estaba sentada junto a la puerta usando el celular, accede a darles dinero, que es lo que los hombres querían, supuestamente, para comprar una SUBE y cargarla. Les da $ 2.000. Con los billetes, uno de los delincuentes vuelve hacia al conductor, que sigue sin inmutarse por la escena que se estaba viviendo a sus espaldas y prefería evitar.

Una mujer toca el timbre para bajar en la próxima parada y grita, en señal de alerta para los pasajeros que seguirían en el colectivo. En ese momento, el conductor abre la puerta y el ladrón insistente le manotea el celular a la señora que antes les había dado dinero.

Subieron a un colectivo de la línea 168 sin la SUBE y le robaron el celular a una pasajera que les había dado plata para viajar.Subieron a un colectivo de la línea 168 sin la SUBE y le robaron el celular a una pasajera que les había dado plata para viajar.

Tras el robo, la mujer asaltada comienza a llorar y otra pasajera la ayuda llamando a la Policía. La indignación ante el hecho se transformó también en un fuerte reclamo hacia el chofer, que jamás mostró interés en contener a la víctima. Ni siquiera le preguntó si estaba bien o si había resultado herida.

¡Vos sos el responsable. Nos pusiste en riesgo a todos los pasajeros!“. “Veías cómo nos estaban apurando y no les decías que se bajen. Ni siquiera abrías la puerta para dejarnos escapar para salvarnos“. “¡Los dejaste subir aunque te decían que no tenía la SUBE“. “¡Cagón!“.

En el medio de los reclamos, el conductor, que ni se inmutó por la situación, se limitó a decir: “Yo no soy policía“. La mujer, resignada, siguió unas cuadras más y se bajó del colectivo.

De acuerdo a las estadísticas que maneja la Cámara de Agentes de Telecomunicaciones Móviles de Argentina (FECOBA), en promedio, se roban a diario unos 10 mil teléfonos. Lo que implica que, por hora, la cifra asciende a 416 equipos o unos 7 por minuto. El robo de celulares ya representa al 27% de los delitos en la Argentina.

La respuesta de la empresa ante la actitud del conductor

Ante la consulta de Clarín, desde DOTA, la compañía que controla casi 100 líneas en todo el AMBA, enviaron el video de lo sucedido en ese colectivo de la línea 168 y comunicaron la “crisis de inseguridad” que viven pasajeros y conductores.

De todas maneras, marcaron posición respecto a la falta de empatía del empleado de la empresa.

“Ya le hicimos el sumario administrativo al chofer para que haga el descargo. Tiene cinco días para hacerlo y la empresa tiene que sancionarlo dentro de los 30 días”, detallaron.

“Hoy lamentablemente los hechos de inseguridad son a menudo, incluso en algunas líneas con gente lastimada, cada día está peor la inseguridad y ni hablar en el segundo y tercer cordón de la Provincia”, cerraron

EMJ

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