La Selección venció 1-0 a Perú y despidió el año de la mejor manera en la Bombonera: sigue como único líder de las Eliminatorias camino al Mundial 2026
La selección argentina volvió a la Bombonera después de 369 días con un final muy distinto a esa derrota 2-0 contra la Uruguay de Marcelo Bielsa. En esta oportunidad, la campeona del mundo se impuso 1-0 a Perú con el gol de Lautaro Martínez, se repuso a su caída del jueves pasado contra Paraguay en Asunción y aprovechó para estirar su diferencia como líder de las Eliminatorias Sudamericanas, ya que ahora tiene cinco puntos de ventaja sobre la Celeste del Loco, su más inmediato perseguidor.
El estadio de Boca Juniors vivió una auténtica fiesta desde muy temprano. La apertura desde las 17 permitió que muchos simpatizantes llegaran con holgura al compromiso válido por la fecha 12 de la clasificación al Mundial 2026. En esa intensa vigilia para a ver a la Scaloneta, Esteban y Julieta dieron la nota de la tarde con una propuesta de casamiento en plena calle, a pocos metros del Templo. “No lo tenía preparado, fue improvisado. Lo había pensado. No tenía el anillo, no llegué ja”, contó el novio ante la consulta de Infobae. Era la primera vez que veía al equipo nacional junto a su pareja.
Ambos habían viajado en colectivo a La Boca desde la ciudad de Coronda, Santa Fe, un lugar con una cifra estimada de 20 mil habitantes. Ella lucía una camiseta del Xeneize, mientras que él se calzó un piluso con los colores del club de sus amores, cuya pasión fue clave para dar el siguiente paso amoroso: “La primera vez que lo pensé fue un día cuando fui a la cancha de Colón”. El desplazamiento entre las provincias indicó que era el marco adecuado: “Insistió en que vengamos a ver a la Selección y dije: ‘Es el momento‘”.
Ya dentro del estadio, la cumbia fue el ritmo elegido para calentar un día frío en la ciudad de Buenos Aires. Al ritmo de Los Ángeles Azules, María Becerra, Yerba Brava y Los del Fuego, los fanáticos comenzaron a levantar la temperatura de un partido importante, en el cual la Albiceleste debía ganar para asegurarse el liderazgo en la tabla y el primer lugar del ranking FIFA en el cierre del 2024.
Cerca de las 18, el flujo de gente comenzó a crecer en cada una de las tribunas, en especial donde usualmente se coloca La 12. En ese mismo sector, en la segunda bandeja de una de las populares, se desplegó el dispositivo para lo que iba a hacer el recibimiento de la Celeste y Blanca. Allí, se dejó ver una emocionante bandera de pequeñas dimensiones que no fue captada por la transmisión oficial y tenía un claro destinatario: Diego Maradona.
El espíritu del ícono xeneize a principios de la década del ‘80 y que se retiró con la azul y oro en 1997 estuvo sobrevolando Brandsen 805 y la pancarta dedicada a su figura decía: “Gracias Diego por todo tu fútbol”. Al mismo tiempo que ese mensaje comenzaba a verse en el centro de la tribuna, el DJ parecía estar en sintonía, porque inmediatamente puso un tema de Los Palmeras (Perra).
Mientras eso transcurría, los cánticos del público continuaban en una Bombonera que tenía el cartel de entradas agotadas hace una semana. Grupos reducidos empezaban el aliento, que se propagaba a la velocidad de la luz. Eso mismo ocurrió con el “Para ser campeón, hoy hay que ganar” y “Es un sentimiento, no puedo parar”. “Muchachos…” y “Dale campeón…” no se quedaron afuera del repertorio, aunque el cántico más ruidoso se produjo a las 19 dedicado un viejo rival: “El que no salta, es un inglés…”.
Justamente, casi media hora después, se sumaron dos campeones del mundo a la fiesta: Rodrigo De Paul y Leandro Paredes. La dupla hizo una pausa de la tradicional cábala de los caramelos para comenzar a dar saltitos en el lugar, como si estuvieran del otro lado de la línea de cal. Más allá de este momento, las miradas se centraron en el volante central de la Roma de Italia. Paredes devolvió las ovaciones recibidas con distintos saludos con sus brazos en alto hacia los costados del estadio.
El número 5 de la selección argentina vive horas especiales porque su nombre permanece en el radar de Boca Juniors con la mira puesta en reforzar el plantel de Fernando Gago para el Súper Mundial de Clubes del año próximo en los Estados Unidos. Atentos a esto, se pudo ver una bandera que decía: “Leo Paredes, bienvenido a tu casa. Jugador N°12″. Un gesto para demostrarle que las puertas están abiertas para cuando quiera retornar al país.
La salida del equipo al precalentamiento tuvo dos focos atrayentes: Dibu Martínez y Lionel Messi. En primera instancia, el arquero provocó una ovación inmediata con su sola aparición en el campo de juego. También hubo lugar para un pedido: “Que baile el Dibu…”.
El guardameta del Aston Villa no se pudo hacer el distraído frente al clamor popular y realizó una breve coreografía moviendo sus hombros. Además, también recibió un obsequio durante su visita a Buenos Aires porque los integrantes del Consejo de Fútbol de Boca Juniors, Raúl Cascini y Marcelo Delgado, le entregaron una plaqueta en forma de reconocimiento tras ser elegido nuevamente como el mejor del mundo en su puesto.
A continuación, fue el turno de rendir pleitesía una vez más al mejor jugador del mundo. La aparición del 10 para los primeros trabajos en cancha generó una estruendosa ovación del público, que siguió durante toda la noche. Algunos fanáticos realizaron alabanzas en forma de veneración y la Pulga devolvió las muestras de cariño con saludos a las cuatro tribunas, que extendían ese intercambio de gestos con el capitán.
Con los jugadores en el vestuario y, a falta de 15 minutos para el pitazo inicial el árbitro Wilmar Roldán, llegó el momento de la presentacion de las formaciones en la voz del etadio. Y la particularidad en la selección peruana fue que el único que no coleccionó silbidos fue un hombre de la casa: Luis Advíncula fue aplaudido por la parcialidad anfitriona. Instantes posteriores, Dibu Martínez, Messi y Lautaro Martínez fueron los más ovacionados en el aplausómetro, aunque Scaloni no se quedó atrás.
Los guiños a los bicampeones de América se extendieron al recibimiento. Se desplegaron tres banderas de grandes dimensiones con figuras de la talla de Juan Román Riquelme, el propio Maradona, Carlos Salvador Bilardo y Messi. “Estamos con ustedes”, se leía en una de ellas. Otra decía “Bienvenido campeón del mundo. Dos leyendas en un mismo templo” haciendo referencia al ídolo y presidente del club Azul y Oro y, en el restante, figuraba “Gracias campeones” con las estrellas de los campeonatos mundiales de 1978, 1986 y 2022.
Ese fue el punto final de una extensa previa para dar comienzo a lo que fue un encuentro complicado frente a un rival que se replegó atrás con la ilusión de un ataque rápido que nunca llegó. Bajo la atenta mirada de Riquelme, presente en su palco, la Selección buscó de diferentes maneras vulnerar a Perú en el primer tiempo, pero no lo logró.
En el entretiempo, la sinergia entre el público y Messi se mantuvo intacta. “Que de la mano de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar…”, comenzó a escucharse antes del comienzo de la segunda parte y el rosarino devolvió el mimo como él sabe: brindó una asistencia rodeado de tres camisetas peruanas para la posterior definición de tijera de Lautaro Martínez. “Olé, olé, olé, Toro…”, fue premiado el delantero del Inter de Milan, quien igualó a Maradona en el quinto puesto de los máximos artilleros históricos de la selección argentina.
Los posteriores ingresos de Nehuén Pérez, Giovani Lo Celso, Giuliano Simeone, Facundo Medina y Leandro Paredes sirvieron para darle minutos a algunos integrantes del banco de suplentes ante un contrincante con escasa jerarquía para trasladar preocupación al fondo albiceleste. La victoria por la mínima cerró un calendario muy cargado de partidos en 2024 y la acercó a su objetivo de asegurar el pasaje al Mundial 2026. Tiene 12 puntos de ventaja sobre Bolivia (13), que está en zona de repechaje, a falta de seis fechas por disputar. Los encuentros de marzo próximo contra Uruguay como visitante y frente a Brasil como local podrían ser claves para tener una mayor cuota de tranquilidad de cara a la defensa del título.