Argentina se encuentra en el top 10 de países que más startups y compañías biotecnológicas construyeron en los últimos años. Cuáles son los desarrollos más prometedores, según un experto consultado por Infobae
La biotecnología se posiciona como una de las áreas de mayor innovación en el mundo, transformando la vida de millones de personas gracias a los avances científicos de vanguardia que permiten mejorar la salud, prolongar la vida saludable y reducir el impacto de las enfermedades en la calida de vida de los pacienes.
En este contexto, Argentina emerge como líder regional, destacándose por el crecimiento acelerado de su ecosistema biotecnológico, con startups y desarrollos que tienen impacto global.
Como detalló Infobae, el último Censo sobre Bio y Nanotecnología que impulsó la Cámara Argentina de Biotecnología (CAB), mostró que el país se encuentra en el top 10 de países que más startups y compañías biotecnológicas construyeron en los últimos años.
El papel transformador de la biotecnología
“La innovación juega un rol fundamental en la sociedad; ayuda a mejorar los procesos. Mejorar es sinónimo de innovación”. Así definió el escenario actual en diálogo con Infobae, el médico argentino radicado en Estados Unidos, investigador, emprendedor y empresario de la salud Diego Miralles.
En los últimos 100 años, la humanidad conquistó grandes avances en el conocimiento de la realidad biológica. “Desde la comprensión de la fisiología cardiovascular y el genoma humano en la mitad del siglo XX, hasta los descubrimientos en biología celular, los procesos de comunicación intracelular y, más recientemente, la diferenciación celular”, resume el doctor Miralles.
Para él, “a mayor conocimiento sobre la realidad biológica, surgen mayores soluciones biológicas a los problemas de salud a los que estamos expuestos, es decir, nuevas herramientas para enfrentar los cambios patológicos o enfermedades”, y subrayó cómo la biotecnología se convirtió en un motor de evolución global.
El doctor Miralles visitó el país a principios de este mes en el marco de un encuentro organizado por SF500 -un fondo de inversión del gupo Bioceres que trabaja en la creación de startups de base científica que puedan generar un impacto global en la calidad de vida de las personas- junto con CITES, SECBIO y Loci Labs, en el que se conversó sobre los desafíos, el contexto de inversiones y las tendencias de la industria de la salud.
Más de 50 actores clave del ámbito de la ciencia y la salud formaron parte del encuentro: startups biotecnológicas, compañías de la industria farmacéutica, además de referentes tanto del ámbito privado y del sector público, entre ellos, expertos del CONICET.
Gracias al conocimiento acumulado durante siglos y avances en campos como la biología celular y la secuenciación genética, hoy es posible abordar problemas que antes eran insuperables.
Un ejemplo reciente es el desarrollo de la vacuna contra el COVID-19, que salvó millones de vidas en todo el mundo. “Esto fue posible también gracias a los conocimientos acumulados de cientos de años y a herramientas científicas avanzadas, como entender la secuencia del virus y las proteínas que generaban un efecto antigénico”, explicó Miralles.
Las vacunas contra el COVID-19 también son un claro ejemplo de que la evolución de la ciencia es posible gracias al trabajo multidisciplinario: “No podemos lograr progresos científicos solos; se trata de una tarea universal; en conjunto. No hay forma de alcanzar el progreso de forma individual. En definitiva, la biotecnología ayuda en tres pilares: a mejorar la calidad de vida de las personas, a reducir el sufrimiento humano y mejorar la relación del ser humano con el mundo natural”, definió Miralles.
Argentina como líder regional en biotecnología
Argentina se ubica entre los 10 países con más startups biotecnológicas a nivel mundial, según el último Censo de Bio y Nanotecnología. De 120 empresas establecidas en el país en 2008, en la actualidad esa cifra casi se triplicó, y alcanza las 340 compañías, de las cuales dos -Bioceres Crops Solutions y Moolec Science- ya cotizan en el índice Nasdaq.
Este crecimiento se concentra en cuatro polos tecnológicos: la Ciudad de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, que albergan el 90% de las firmas.
Innovaciones destacadas: salud y más allá
La biotecnología en Argentina se enfoca en abordar problemas críticos de salud mediante soluciones innovadoras que tienen el potencial de transformar vidas a nivel global.
Entre las iniciativas más prometedoras se encuentran cientos de startups que combinan avances científicos con tecnología de punta. A continuación, dos ejemplos destacados:
- Oncoliq: detección temprana no invasiva del cáncer. Con sede en la Ciudad de Buenos Aires, Oncoliq está desarrollando un sistema revolucionario para detectar cáncer de forma temprana y sin procedimientos invasivos. Su primer desarrollo, enfocado en la detección del cáncer de mama, estará disponible en el primer semestre de 2025. Este avance busca mejorar significativamente las tasas de diagnóstico temprano, salvando potencialmente miles de vidas al permitir tratamientos más eficaces.
- Limay Biosciences: pruebas moleculares accesibles. También con base en Buenos Aires, Limay Biosciences trabaja en un kit de bajo costo para detectar las cuatro variantes principales del dengue. Este desarrollo, que combina rapidez y accesibilidad, estará disponible en 2025. Con un tiempo de respuesta menor a dos horas, el kit promete ser una herramienta crucial en la lucha contra enfermedades transmitidas por vectores, especialmente en regiones donde el dengue es endémico.
Estas startups, respaldadas por iniciativas como SF500, demuestran cómo el sector biotecnológico argentino busca no sólo innovar, sino también democratizar el acceso a soluciones de salud a nivel global.
El impacto económico y laboral del sector
El sector biotecnológico en Argentina no solo lidera en innovación, sino que también genera un impacto económico significativo. Según el censo, las empresas biotecnológicas facturaron 1.323 millones de dólares en 2022, exportaron productos por 216 millones y emplearon a más de 20.000 personas.
Además, el 27% de los trabajadores del sector cuenta con un título universitario, mientras que la participación femenina alcanza el 36%, y asciende al 49% en empresas de reciente creación.
“Estos datos reafirman que la biotecnología se posiciona como una de las actividades de mayor impacto en la denominada Economía del Conocimiento”, destacó el informe de la Agencia Nacional de I+D+i difundido junto a los datos del censo.
Desafíos estructurales y estrategias para avanzar
“Argentina ocupa un lugar destacado en la creación de startups biotecnológicas en América Latina, gracias al apoyo de iniciativas como SF500 y otros grupos de inversores que apuestan por el desarrollo del sector. Comparado con otros países de América Latina, estamos en un muy buen lugar”, destacó Miralles, resaltando el valor del esfuerzo colectivo para sostener un ecosistema que requiere una “cantidad tremenda de capital” y profesionales altamente comprometidos.
Aunque el proceso es “muy largo y muy riesgoso”, Miralles destacó que su impacto puede ser enorme: “A largo plazo, lleva a crear productos que pueden ayudar a muchísima gente; es una industria con una misión muy importante, puede hacer una gran diferencia. Siempre me impresiona el esfuerzo y el progreso que se hace en Argentina”.
Pese a los logros, el sector enfrenta importantes desafíos. “Hoy en día, es más fácil poner a un hombre en la Luna que desarrollar una droga debido a la complejidad de la biología”, exageró Miralles para ejemplificar.
El sector biotecnológico es altamente desafiante debido a su complejidad y al “gran riesgo de que no funcione incluso aunque se hagan todas las cosas bien”. Como el sector requiere una “demanda de capital muy alta -explicó Miralles- la industria entiende que, una de las mejores formas de hacerlo posible es con una estrategia financiera, y para eso es mejor invertir en un portafolio, donde hay muchísimas apuestas, ya que la mayoría va a fallar; pero la que funciona tiene que generar tanto dinero por las otras 9 que no llegaron a triunfar”.
Otro desafío clave en América Latina y en Argentina es la falta de un sistema robusto de protección de la propiedad intelectual. Según Miralles, “en Estados Unidos, las compañías tienen entre 12 y 15 años de exclusividad sobre los productos desarrollados, lo que les permite recuperar su inversión. En Argentina, esto no sucede”.
Argentina tiene el potencial de convertirse en un líder global en biotecnología, gracias a su talento humano, su ecosistema emprendedor y el respaldo de instituciones científicas.
Como resumió Miralles, “la biotecnología tiene una misión muy importante: puede marcar una gran diferencia al mejorar la calidad de vida de las personas y cambiar nuestro destino. Pero no podemos hacerlo solos; es un esfuerzo universal”.