Sulemana Abdul Samed tiene 29 años y vive en Ghana.
En Gambaga, la villa donde vive, es más conocido con el apodo de “Awuche”, que significa “¡vamos!”.
Hace unos años, Awuche fue diagnosticado con síndrome de Marfan, un desorden genético que afecta los tejidos conectores del cuerpo y causa un crecimiento anormal de miembros como brazos y piernas.
Esta afección puede causar condiciones más delicadas, como problemas del corazón.
Los médicos dicen que es necesario un procedimiento quirúrgico en el cerebro para detener el crecimiento, pero el sistema de salud pública de Ghana no ampara esta operación.
Awuche soñaba con aprender a conducir, pero su continuo crecimiento le impide sentarse en un auto.
“No puedo estirar mi pierna porque la rodilla golpea con el timón”, dice.
Y su vida social también se ha afectado.
“Solía jugar fútbol como cualquier otro joven, era atlético, pero ahora ni siquiera puedo caminar distancias cortas”.
Awuche es una celebridad en su villa, la gente lo reconoce, lo saluda y se toman fotos con él.
Incluso llegaron a creer que era el hombre más alto del mundo, pero una medición en la que participó un periodista de la BBC, mostró que Awuche mide 2,14 m.
Sultan Kösen, el hombre que tiene el récord Guiness de la persona más alta, mide 2,51m.
“Todavía sigo creciendo”, dice Awuche.
“Quién sabe, tal vez algún día pueda llegar a esa altura también”.
Por ahora, Awuche está concentrado en recolectar dinero para sus tratamientos médicos y a pesar de su condición, vive agradecido con el apoyo que ha tenido de su familia y amigos.
“Así es como Alá lo eligió para mí, estoy bien”, dice.
“No tengo ningún problema con la forma en que Dios me creó”.