El cordobés David Brito decidió explorar una nueva técnica y formato que difundió en las redes sociales. Tenía un trabajo que lo dejaba agotado y sin tiempo para dedicarle al arte, hasta que un día se animó a renunciar y ponerle todas las fichas a su sueño
David Brito, el bordador cordobés de las redes sociales (IG @britodavids), logró gracias a los pedidos de sus seguidores vivir de lo que le gusta y dejar atrás un trabajo que lo agobiaba: el de agente de call center. Llegó a atender 100 llamadas por día y no le quedaba ni tiempo ni ganas para dedicarle al arte, esa pasión que tiene desde muy chico.
Hoy las conversaciones que tiene son encargos de bordados de mascotas tiernas, peludos que pueden ser gatos o perros. Los seguidores se asombran cómo alguien puede ser capaz de hacer con aguja e hilo lo que hacen otros con pincel. O él mismo en su pasado. David pintaba. Los pedidos le llegan de todas partes y desde lugares tan remotos como Estados Unidos y China.
El joven bordador nació en Córdoba capital hace 28 años. Cuando era muy chico sus padres, panaderos, se trasladaron a Río Cuarto donde hoy viven. Con mucha atención a la vocación temprana de David por el arte, sus padres dejaron que amasara sus propios sueños. “Fui a talleres de arte desde que era muy chiquito. Tengo una familia que siempre me apoyó. No vengo de una familia de artistas aunque hace poco me enteré que mi abuela paterna bordaba. Ella murió cuando mi papá tenía 18 años. Y hace unas semanas pude conocer algunos de esos bordados por fotos”, cuenta aun sorprendido.