Ideas negativas, sensación de inutilidad y desesperanza ocupan la mente de los más jóvenes y manifiestan un malestar emergente que se agravó con la pandemia y los videojuegos. Cómo acompañarlos
Estamos en época de elecciones y de crisis económica crónica y, sin duda, usted habrá escuchado hablar de la “Gran Depresión”, en referencia a la crisis de los años 30 en Estados Unidos. A casi un siglo de ese fenómeno económico y social, vuelve a hablarse de la “Gran Depresión”, pero esta vez referida a la que afecta a la salud mental y en particular a la de la población adolescente.
Este es el planteo de la doctora Jean Twenge en su libro “Generaciones”, en el que formula apreciaciones tan contundentes como preocupantes, como que la cifra de adolescentes que expresan “no disfrutar de la vida”, se duplicó desde el auge de las redes sociales.
Estas afirmaciones, a las que suman otras que se observan en las encuestas realizadas en por Universidad de Michigan que se han llevado a cabo desde 1991, con 50.000 estudiantes adolescentes en todo el país, a los que se les preguntó si estaban de acuerdo y en qué grado, con las declaraciones “No puedo hacer nada bien”, “No disfruto de la vida” y “Mi vida no es útil”, entre otras.



