Italia, España, Croacia, Irlanda y Hungría se guían por este principio jurídico
Tu linaje, tu apellido y tu historia familiar podrían darte acceso a una ciudadanía europea. Este fenómeno, que para algunos puede parecer un sueño lejano, es una realidad gracias a un principio jurídico que muchos países europeos reconocen: el jus sanguinis. Pero ¿qué significa exactamente este concepto y cómo podría cambiar la vida de quienes tienen ascendencia europea?
El jus sanguinis, o “derecho de sangre”, significa que la nacionalidad de una persona deriva de la de los padres, mientras que otros países adoptan el jus soli, o “derecho de suelo”, es decir, que la nacionalidad la determina el lugar de nacimiento. El jus sanguinis permite obtener la ciudadanía de un país a través de la ascendencia familiar, aunque se haya nacido en otro país. Esta normativa difiere del jus soli, por el cual la ciudadanía se concede a quienes nacen en el territorio del país, independientemente de la nacionalidad de sus padres.
En Europa, muchos países se guían por el principio del jus sanguinis para permitir que descendientes de emigrantes puedan obtener la ciudadanía, incluso si la familia ha estado fuera del país durante varias generaciones. Esto ha abierto la posibilidad de tramitar pasaportes europeos a muchas personas con antepasados en países como Italia, España, Croacia, Irlanda y Hungría, entre otros.
Ventajas y oportunidades del pasaporte europeo
Un ciudadano de la Unión Europea tiene derecho a vivir, trabajar y estudiar en cualquier país miembro, además de poder viajar por el mundo con menos restricciones. Por otra parte, muchos países permiten la doble nacionalidad, lo que significa que no es necesario renunciar a la nacionalidad original.
No obstante, el proceso de solicitar la ciudadanía europea a través de jus sanguinis varía ampliamente de un país a otro. Algunos reconocen la nacionalidad solo hasta la primera generación, otros la extienden a los nietos. Los requisitos pueden incluir presentar pruebas de parentesco con un ancestro nacido en el país, obtener documentos oficiales y, en algunos casos, aprender el idioma local. La duración del proceso puede oscilar entre varios meses y varios años, dependiendo de los trámites y la complejidad del caso.
Países con ciudadanía basada en jus sanguinis
Varios países europeos han establecido rutas claras para obtener la ciudadanía a través del derecho de sangre, cada uno con sus propias normas y procedimientos. A continuación, algunos ejemplos destacados:
Italia
Italia es uno de los países más solicitados para obtener la ciudadanía a través del jus sanguinis. Según Marco Permunian, director de la firma Italian Citizenship Assistance (ICA), su empresa ha trabajado con más de 2.000 interesados en adquirir la ciudadanía italiana. La razón de su popularidad radica en que Italia no establece un límite generacional para rastrear la ascendencia.
El único requisito es que el antepasado haya nacido o estado vivo en Italia después del 17 de marzo de 1861, cuando el Estado italiano se unificó. Además, el familiar debe haber mantenido la ciudadanía italiana antes de tener descendencia y no haber adquirido la nacionalidad de otro país antes del nacimiento de su hijo o hija. Permunian destaca que “la mayoría de los casos de ciudadanía italiana en los que trabajamos tardan un promedio de dos a tres años en completarse”.
Irlanda
La República de Irlanda tiene uno de los procesos más claros para la ciudadanía por jus sanguinis. La normativa permite que cualquier persona con un padre o abuelo nacido en la isla de Irlanda (incluyendo Irlanda del Norte) pueda solicitar la ciudadanía. Si uno de los padres nació en Irlanda, la persona puede solicitar un pasaporte directamente; si es nieto, debe primero obtener la ciudadanía a través de un registro de nacimiento en el extranjero. Este proceso puede tomar más de ocho meses y debe realizarse con el Departamento de Asuntos Exteriores.
España y la Ley de Memoria Democrática
El caso de España es particularmente interesante debido a su reciente Ley de Memoria Democrática, también conocida como “Ley de Nietos”. Esta ley fue introducida en octubre de 2022 y permite a los descendientes de personas que fueron exiliadas durante la Guerra Civil Española o por el régimen de Francisco Franco solicitar la ciudadanía española. El plazo para presentar solicitudes cierra en octubre de 2025 y la tramitación puede tomar desde semanas hasta más de un año, dependiendo de la carga de trabajo de cada consulado español.
Croacia
Desde el 1 de enero de 2020, Croacia simplificó su proceso para obtener la ciudadanía por jus sanguinis al eliminar la prueba de idioma, facilitando el proceso para quienes no hablan croata. Esto atrajo a personas como la escritora de Nueva York Lisa Wixon, quien tras descubrir la noticia decidió iniciar su solicitud inmediatamente. “Mi cerebro se iluminó, y pensé: ‘Esto es genial, lo haremos de inmediato’”, comentó Wixon.
Obstáculos comunes en el proceso de solicitud
Uno de los principales desafíos para quienes buscan obtener la ciudadanía por jus sanguinis es reunir la documentación necesaria. Esto puede incluir certificados de nacimiento, matrimonio y defunción de los antepasados. “El mayor obstáculo suele ser obtener y verificar los documentos necesarios”, explicó Richard Orbidans, socio de Baltic Migration, una firma que se especializa en solicitudes para países bálticos como Letonia y Lituania.
A menudo, las búsquedas deben realizarse en archivos históricos o registros locales para encontrar los documentos que demuestren la relación familiar con el país de origen.
En casos donde la documentación se ha perdido o la información es incompleta, el proceso puede volverse más largo y complicado. A pesar de que algunas personas pueden encontrar pruebas de su ascendencia a través de pruebas de ADN, este tipo de evidencia no suele ser suficiente sin la documentación oficial que respalde el parentesco.